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Madre Fundadora

 Soledad Torres Acosta, una vida hecha servicio

        MÁXIMAS

        Se llamaba Soledad

    Pero nunca se sintió sola.  

   Se le concedió escuchar la Palabra

   Anidarla en su corazón.  

   Por eso sus palabra

   Son lugar de encuentro

                                         Abrazo fecundo,

                                  Semillas de unión y de paz.  

    No se pudieron encontrar entre sus escritos, grandes discursos, pero sus palabras, cargadas de sabiduría, habían calado como rocío mañanero en el corazón de sus hijas y de las personas que la habían tratado y así nos han llegado como un precioso legado espiritual. Sus palabras que perduran a través del tiempo y que al hacer memoria de ellas, hacen brotar el amor, la paz y la unión en nuestra vida.

    Las palabras de Madre Soledad se hacen semillas de vida, huellas de amor, aroma de violetas. Dios llenó su mente y su corazón, por eso sus palabras sencillas y cercanas, rebosan de esa  sabiduría, de quien  se sabe en las manos de Dios  y pueden mirar al mañana con un  gozo y  una esperanza sin medida.

  Palabras que perduran como ecos de amor porque no buscan hacer escuela, sino acompañar con ternura de Madre y de creyente el caminar de quienes el Señor le ha confiado a través del tiempo.

  Gracias Madre Soledad, porque supiste vivir abandonada en Dios y lo hiciste la única norma de tu vida.  

                     

MÁXIMAS- PENSAMIENTOS  

1. ¡Dios mío! Si la tardanza en abrirme las puertas de tu casa, es para probar mi constancia, esperaré, pero si  es porque quieres de mí otra cosa, manifiéstame tu voluntad.

2. ¡No! la congregación no morirá, es una cosa muy grande, todo se arreglará y vendrán días mejores.

3. Veo la bondad del Altísimo sobre mi amada Congregación.

4. Hagamos por hacer y padecer con mucha paciencia lo que Dios nos mande.

5. Dios no nos faltará; seamos buenas cristianas y buenas religiosas.

6. Hijas mías, Dios me da mucho y sólo tengo este ratito para darle gracias.

7. Amaos las unas a las otras como nos enseñó San Juan.

8. Tengan mucha caridad y unión.

9. Hijas mías las dejo abandonadas a la Divina Providencia.

10. Si yo no soy humilde, ¿cómo me respetarán mis Hijas?..

 

            

 11.  Una buena religiosa lleva la sonrisa en los labios y el amor a la humildad en el corazón.

 12.  El Niño Jesús será su piloto en el viaje.

 13. Confío en la infinita misericordia del Señor que todo nos saldrá bien.

 14.    Hijas mías, sean muy fervorosas.

 15.  Dios Nuestro Señor premia lo que hacen con sus Siervas.

 16.      Estad conformes con lo que el Señor disponga.

 17.      Nuestro Señor sabe lo que nos conviene.

 18.       Pidan mucha fe, prudencia y amor a la Cruz.

 19.       Hemos de repartir lo que Dios nos da entre los pobres.

 20.      ¡Perdón! Padre amantísimo.

 21.       Hay que tener mucha paciencia, mucha caridad.

 22.     Mucha caridad y pedir a Dios para que en todo y por todo hagamos lo mejor que convenga.

23.      Procuren hacer todas las cosas como quisieran haberlas hecho en la hora de la muerte.  

        

  24.       Hagan todo por amor del que las crió y dio el ser.

  25.       Amar mucho la Cruz de Cristo y no desear nada.

  26.       Os llevo a todas dentro del corazón.

  27.       Los pobrecitos son mis hermanos.

  28.        El sufrimiento es camino que lleva al Cielo.

  29.     Dios Nuestro Señor ya las tiene a ustedes apuntadas en el libro de la vida eterna.

  30.    Tengan mucha fe para soportar todo cuanto Dios  manda.

  31.      Dadme luz y gracia para más padecer y sufrir.

 32.       El Señor sabe sacar miel y aceite de las peñas.

33.     Todas tenemos tiempo a nuestra disposición y tres medios generales que dan los Santos: la Palabra de Dios, el ejemplo y la Creación.

 34.      Las cosas de las asistencias son muy sagradas y deben guardarse con mucho sigilo.

 35.      A más sufrir, más amar.

 36.     Suframos algo por amor del que tanto sufrió por nosotros.

 37.    Cuando la necesidad de un alma lo pide no reparemos en gastos.

 38.    ¡Hija mía!. Cuanto me alegro que haya usted sabido perdonar con generosidad.

 39.     Así son las Siervas, tan pronto en una buhardilla como en un palacio.

40.  Hijas mías, seamos las últimas piedras que se desmoronen en este edificio, (la Congregación).

 41.    Pidamos que vengan muchas Hermanas para que se salven muchas almas.

 42.   Yo pido que entren muchas Hermanas para que aumente la Congregación y la Gloria de Dios.

 43.      Hijas mías el Niño Jesús va a nacer ¡Celebrémoslo!.

 44.    Dios, en su grande providencia, hará que este granito de mostaza con el tiempo se haga un árbol frondoso.  

             

  45. Hija mía, el Señor nos pide humildad; sin esta virtud no le agradas.

  46. Ofrezcan al Divino Jesús sus penitas y El derramará sus gracias en abundancia.

 47El Señor conoce nuestras necesidades y desea el remedio de ellas.

  48. El Niño Dios nos dará su gracia para llegar al Belén de su Gloria.

  49. Procuremos excitar en nosotras afectos de veneración, respeto y amor a la Pasión de nuestro adorable Redentor

  50. Hijas mías, animémonos a servir a Dios con  diligencia

  51. Sufrir con paz como buenas religiosas sin dar  muestras de pena   

 52.Dios sabe lo que nos conviene y hace todo para su  mayor gloria.       

  53. Dios lo permite; así nos convendrá.

  54. Caridad; mucha caridad y paciencia.

 55. No temáis, hijas hacer de más cuanto hagamos      por los pobres; lo recibe y lo recompensa el     Señor  

 56. Hijas mías, seamos muy buenas, muy  caritativas, muy mortificadas

 57. Hijas mías, nosotras tenemos mucho campo para salvar almas.

58. Hijas mías, anímense mucho a trabajar por la Gloria de Dios y la salvación de las almas.

59.  Hija mía, adelante con la Cruz.

 60.   La ruina de una religiosa empieza por cosas pequeñas.

  61.   La castidad es un tesoro inestimable y sobre toda ponderación.

      

  62.   Para cumplir con el voto de obediencia, ha de ser de voluntad  y de obra, alegre y pronta.

  63.   No basta hacer lo que nos manden; hay que hacerlo con gusto.

  64.  ¡ Pobrecitos!  Nosotras somos pobres, pero la caridad es obligatoria.

  65.   Dios premia siempre al que hace muchas obras de caridad.

  66. Como ese enfermo no puede pasar alimentos sólidos, llévate este frasquito de sémola.

  67.   Adiós, Hijas mías, hasta la eternidad.

  68.   Tengo puesta en María mi confianza.

  69.   Hijas mías, todo lo que hagamos por nuestra Madre querida es poco.

  70.   María es mi querida Madre.

  71.   ¡Madre mía!, ya ves como estamos.

  72.   Hijas, el amor propio nos hace ver las cosas diferentes de lo que son.

  73.   Mucha caridad con los prójimos

  74.   No se afanen tanto por casa en la tierra cuando la tenemos tan hermosa en el Cielo.

            

  75.   Que Dios nos ilumine  todas, para que hagamos lo que sea de su mayor honra y gloria, bien de nuestras almas y prosperidad de nuestro Instituto.

  76.   Sea todo para honra, gloria suya, bien de los prójimos enfermos y santificación de las Siervas.

  77.   Sí, Hija mía en el Señor, la voluntad de Dios se cumple siempre que, con el mejor deseo y firme voluntad, se hacen las cosas por amor, en El y por El, esperando que con sus divinas luces, nos ilumine en todas nuestras acciones, como Padre de ellas que lo es.

  78.   Todas debemos poner reflexión y conformidad, con la voluntad del Altísimo que así lo dispone y esto tranquiliza el espíritu.

  79.   Espero que si usted se pone en la presencia de Dios, con ánimo resuelto de hacer su divina voluntad, no le ha de faltar su gracia y fuerzas para salir victoriosa.

  80.   Hacer la divina voluntad...más gloria daría con esto a Dios, que con el martirio.

  81.   Dios sabe mejor lo que nos conviene, por esto yo no me canso de suplicar a ustedes, obren con mucha prudencia, siempre conformes con lo poco y lo mucho, que con esto damos gusto a Dios, paz a nuestras almas .

 

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